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martes, 20 de julio de 2021

La mujer: Silencio y olvido en la Historia del Arte


"Feminista es cualquiera que reconoce la igualdad
y completa humanidad de hombres y mujeres"

La Libertad guiando a la Mujer (Antonio José Villa Vázquez, 2019)

Razón no le falta a la periodista americana Gloria Steinem. La mujer es una figura imprescindible en nuestras vidas, silenciada durante milenios y reivindicada en un pasado reciente cuando lo correcto hubiese sido reivindicarla día a día como se merece. En el Arte, a pesar de que la sociedad mantenga el erróneo estereotipo de ser un campo "liberal" por decirlo de alguna manera, la mujer ha estado siempre en un segundo plano frente al hombre; valorándola únicamente como fuente de inspiración.

Aún hay quien cree que en disciplinas artísticas tales como pintura y escultura destacaron hombres por ser los únicos que las practicaban, y que la mujer artista es un concepto moderno. Sostener esta idea es alentar involuntariamente al silencio; y una de las víctimas de ese pasotismo hacia la mujer artista lo sufriría con el paso de las décadas, por citar un ejemplo, la pintora Françoise Dupar. Hija del afamado escultor marsellés Antonio Dupar, fue una de las máximas exponentes del retrato en el siglo XVIII que nos legó obras como La Costurera (abajo izq.) expuesta en el Museo de Bellas Artes de Marsella. Pero Dupar no sería la única murciana relegada al cajón del olvido. A este grupo de ilustres mujeres artistas dieciochescas perteneció Inés Salzillo y Alcaraz, hija del escultor napolitano Nicolás Salzillo y hermana del inmortal Francisco Salzillo. Encargada de aplicar la policromía y la técnica del estofado a las tallas gubiadas por Francisco; su trabajo se vio eclipsado por la figura de su hermano, sumando que su labor en el taller familiar concluyó al contraer matrimonio hacia 1748, por lo que probablemente interviniera piezas de la primera etapa del escultor como la Dolorosa (abajo derecha) para el templo de Santa Catalina de Murcia datada en el año 1742.


En la segunda mitad del XIX, Murcia fue ciudad natal de la prometedora escultora y restauradora: Cecilia Sánchez Araciel. Formada en el taller de su padre, Francisco Sánchez Tapia; Cecilia continuó trabajando en el mismo tras la muerte de éste último, junto a sus hermanos Manuel y Francisco. A pesar de su importante labor, la fortuna le sonrió igual que a Inés Salzillo por desgracia; quedando totalmente eclipsada por el escultor Francisco Sánchez Araciel que, a día de hoy, es considerado el único artífice de buena parte de la obra concebida en el estudio sin valorar para nada el trabajo de su hermana Cecilia, hábil restauradora que en el año 1897 intervino junto a su padre algunos pasos de la Cofradía de Jesús de Murcia como el Prendimiento firmado por Francisco Salzillo en 1763.

Pero fuera de nuestras fronteras nacionales, me gustaría dedicar unas líneas a la insigne escultora Camille Claudel, víctima de ese renombrado eclipse que ha envuelto a las mujeres artistas durante siglos, esta vez de la mano del consagrado artista francés Auguste Rodin. Éste fue el culpable del fin de la trayectoría artística de Camille después de una década en la que ambos forjaron una relación profesional y sentimental, pero "jugar a dos bandas" nunca trae nada bueno y Claudel fue la víctima, ingresando en una clínica psiquiátrica truncando una carrera artística prometedora. Esta trágica historia quedaría reflejada en la obra catalogada como el preludio de su retiro a la que tituló La edad madura (abajo). Firmada en 1899, se trata de un grupo escultórico realizado en bronce conformado por tres figuras que plasman el rechazo de Auguste Rodin inmortalizado en la efigie arrastrada por una anciana (Rose Beuret, pareja del escultor) a la vez que una desolada joven arrodillada (Claudel) quiere impedir la marcha de su amado. Sin duda alguna, plasma la toxicidad de su relación amorosa hasta el punto de enloquecer por una ruptura. En la actualidad, Claudel va cobrando paulatinamente la importancia que desde un primer momento debió poseer.


Pensando en como concluir mi parte, después de consultar con detenimiento una amplia lista de mujeres artistas de diversas épocas, decidí escoger a la escultora murciana Elisa Séiquer. Nacida en el año 1945, con tan solo veintiséis años fue la primera en recibir el Premio Nacional de Escultura "Francisco Salzillo". En los años sesenta sería la única mujer que formó parte del desaparecido grupo Aunar integrado por pintores como Manuel Avellaneda, Aurelio Pérez o Párraga; y escultores como Hernández Cano o Francisco Toledo (discípulos de González Moreno al igual que Séiquer). A pesar de que falleció a los 50 años de edad, en 1996; Séiquer es una de las excepciones de mujeres que aún no han caído en el olvido después de un cuarto de siglo aunque bien se podría seguir potenciando su figura, crucial para el desarrollo del Arte figurativo en la Región de Murcia.


Ahora es el turno de dar voz a la mujer, por lo que a continuación un grupo de estudiantes del grado de Historia del Arte por la Universidad de Murcia darán una visión personal de la cuestión que les formulé: ¿Creéis que a la mujer se le da hoy en día la importancia que merece en la Historia del Arte?


Yolanda Murcia: "Pues en mi opinión para nada, pienso que la mujer a lo largo de los años ha estado oculta, y que solo se le da la importancia suficiente en función del papel que tenga, como por ejemplo cuando abarca el papel de modelo para posados, o se la representa mediante desnudeces; es ahí donde se le da importancia, pero donde debería tenerla que es en su talento, poniéndote como ejemplo más generalizado y reconocido a Sofonisba Anguissola, la única mujer de la que se han expuesto obras en el Prado y esto es uno de los muchos ejemplos que hay de mujeres olvidadas en la Historia del Arte, mujeres a las que solo se les ha valorado como puros objetos con el fin de utilizarlas para representar la belleza. Además, las mujeres dentro de la Historia del Arte para mi tienen doble mérito ya que muchas de ellas, a parte de luchar por sacar y visibilizar su talento, han tenido que llegar hasta el punto de ocultarse bajo pseudónimos para poder conseguir visibilizar éste. Por lo tanto, mi respuesta es claramente que no. Aún nos queda mucho trabajo que visibilizar por delante".

Paula Martínez: "Considero que la mujer siempre ha participado en el proceso creativo, pese a no tener concedida la capacidad de exponerse como agente creativo. Lo hemos visto en mujeres que han tenido que esconderse tras un pseudónimo para que su trabajo fuese tenido en cuenta. Pero también en mujeres que colaboraban en la creación de obras que finalmente eran firmadas por el hombre únicamente (el caso de Salzillo y su hermana). Nunca vistas como sujeto, sino como el interés romántico o sexual que inspiraba a artistas a crear sus obras maestras. Nunca a la altura del genio artístico del hombre y siempre observadas desde el más absurdo paternalismo. Por suerte, estamos viviendo la cuarta ola del feminismo que ha puesto sobre la mesa nuestro papel en todos los ámbitos. Por primera vez empezamos a tener voz y a ser escuchadas sin necesidad de alzarla".

Claudia Pérez: "Es evidente que las mujeres han sido durante toda la Historia e Historia del Arte relegadas al olvido dado el gran protagonismo que ha llevado todo este tiempo el patriarcado, marcando así una sociedad machista desde años inmemoriales, llegando a nuestros días; sobre todo en el Arte, donde siempre ha sido la figura masculina la más destacable por "hacer las más grandes obras artísticas" situadas en los museos. Si nos fijamos bien, pocos son los museos con piezas artísticas de entre los siglos XIV y XX que hayan sido realizadas por mujeres. Por ejemplo, el Museo del Prado no cuenta con más del 25% de mujeres artistas en su colección y comenzó a darle importancia a éstas en 2016 con su primera exposición dedicada a una pintora flamenca. Por otro lado el 86% de la colección del Museo Reina Sofía son obras, del siglo XX realizadas exclusivamente por hombres. Dado esto está muy claro que el papel de la mujer artista ha sido casi nulo en cuanto a su reconocimiento pero no por ello menos importante. Gracias a varios grupos se han abierto investigaciones para saber un poco más sobre la vida de esas grandes artistas dejando de lado al hombre, dotándoles de gran protagonismo por haber sido capaces de poder hacer lo que les gusta a pesar de las críticas y los tiempos que corrían. Por ello es ahora cuando se reconocen a estas mujeres como tal por su valentía y su constancia, descubriendo que la mujer ha sido la gran pionera de mil invenciones, tanto en ciencia como en Arte, desarrollando muchos de los estilos artísticos de hoy en día como el Arte abstracto, u otras miles de disciplinas más, dejando ver que el hombre sin la mujer no es nadie, apropiándose éstos de sus ideas. Por fin tienen la importancia que se merecían en sus épocas, aunque sea un poco tarde para artistas del siglo XV o XVI dado que no van a tener constancia de ello, pero para nosotros nunca es tarde".

Ana Fernández: "La mujer nunca ha sido valorada como gran artista y tampoco ha servido como referencia para el resto de artistas, es decir, mujeres artistas si que ha habido pero que sirvan de referente pocas; más que nada porque no las han dejado. A eso hay que sumarle que en el siglo XXI hay todavía que cambiar muchos pensamientos...".

Ana Bernal: "La respuesta es simple. Creo que a la mujer artista de hoy en día todavía le queda muchísimo porque solo hay que ver los museos donde la mayoría de obras de Arte son de autores masculinos, tanto de la época premoderna como de hace veinte o treinta años. Ahora parece que está cambiando el tema de la lucha del feminismo. Parece que cambia un poco el tema y va cogiendo cada vez más importancia, pero pienso que todavía le queda mucho camino porque por ejemplo, llama la atención que la primera obra feminista "The Dinner Party" sea de hace relativamente poco tiempo. También creo que tenemos un papel fundamental los historiadores del Arte y los que nos estamos formando, y sobre todo que haya un buen comportamiento de los aliados feministas (hombres) y que haya un trabajo detrás de todas las historiadoras del Arte en proceso, las que ya sean y las futuras. Es un trabajo en el que tenemos mucho que ver nosotros y la sociedad entera para la aceptación de la mujer artista, sobre todo los historiadores e historiadoras para que la sociedad sea capaz de verlo".

Después de estos testimonios queda poco más que añadir. Aunque la mujer haya comenzado a cobrar importancia recientemente después de siglos sin valorar su labor, como bien ha indicado Yolanda, aún queda "mucho trabajo por visibilizar". Ya es hora de que triunfe la igualdad en nuestra sociedad y la mujer ocupe el lugar que merece, pero para lograrlo debemos luchar codo con codo persiguiendo este gran objetivo común con esfuerzo, dedicación y perseverancia.


Miguel López Alcázar
Estudiante de Historia del Arte en la UMU

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